viernes, 13 de septiembre de 2013

Sobre silencios de Bahareque

En primera instancia es relevante indicar el modo como se construye el espacio; el escenario se acopla perfectamente para evidenciar un desolado pueblo y una condición humana igualmente desolada. La obra se sumerge en un clima mortecino y marchito que encoge e indispone, permitiéndonos trasladar al momento mismo del relato, a inmiscuirnos y a identificarnos paulatinamente con la narración. Los juegos de luces y sombras dan vida a la obra, destacando aspectos o escondiendo en nivel de importancia aquellos que son innecesarios.

El universo que excede las lógicas racionales: tal como se plantea en toda la literatura del Realismo Mágico la obra tiene una fuerza enorme al plantear estas condiciones. Los espectros que vuelven y se materializan, las entradas a escena de sujetos que no pertenecen al plano material. Los monólogos interiores que se intercalan con la narración permiten acompañar y dotar de fuerza la historia. Conocemos a través de relatos fragmentados el devenir de los personajes y el entrecruzamiento de los mismos. La obra se sostiene por si misma – tal como lo diría Mario Sánchez en el programa escuchado para la realización de la presente tarea – recreando un universo fantasmagórico que se cruza con todos los personajes. El mayor interés dramático para mi es la aparición “espectral” de Damiana, las luz que descubre su figura y fortaleza a la hora de interpretar un papel, que por irreal que puede parecer la historia se hace verosímil en los personajes que la interpretan.

Silencios de Bahareque, obra de teatro basada en el texto de Juan Rulfo "Pedro Paramo"  presentada el pasado 13 de octubre en el Auditorio Fundadores de la Universidad Eafit 

No hay comentarios:

Publicar un comentario